Por Pablo J.VázquezEsta vez, y sin que sirva de precedente, coincido con Ruud Juanito Nistelrooy. En la portería, como en cualquier otro lugar del campo, se exige compromiso. No se puede tirar en 5 minutos el trabajo de todo un equipo. La solvencia de Vicente Casillas debe ser un ejemplo a seguir.
Tanto Enrique Aythami (defensa canario del depor) como José Ignacio (pieza fundamental, otrora, del Logroñes y del Celta) cubrieron el expediente.... pero siempre les faltó un tercero.
Hubo dos piezas nuevas en el tablero que en ningún momento entraron en la dinámica del equipo. Por ahí empezaron los problemas, los vacíos y las descoordinación. Se aconseja su traspaso.
Ruud Juanito y Roberto Pablo no conectaron en ningún momento, y el equipo se resintió tremendamente. Dos jugadores condenados a entenderse, cual valerón y Tristán, y a dar grandes noches de fútbol. Se espera muchísimo más de ellos. Se contagiaron del desorden final.
Robinho Aroca, capaz de lo mejor y de lo peor, empezó electrizante. Suyos fueron los dos primeros goles del equipo. Hizo gala de su buen regate y encontró fácil el gol. Sin embargo, volvió a a aparecer su talón de Aquiles: su descolocación en el campo conforme avanza la contienda. Terminó, creo, jugando en el campo de al lado....
No quisiera concluir sin un llamamiento a una pronta recuperación de dos grandísimos jugadores, cuya impronta no pasa nunca inadvertida. Me refiero al gran José Mari Vicente y al no menos grande Andrés Ramos. Sin duda, el equipo naufragó añorando el toque y la colocación del primero, y el carácter y la entrega del segundo.
Estamos sólo ante el inicio de toda una temporada, que, a buen seguro, deleitará a los aficionados del deporte rey.
Roberto Pablo
